El pasado 18 de mayo tuvo lugar la Asamblea General ordinaria de Justícia i Pau 2021, máximo órgano de la entidad. Este año la situación sanitaria nos ha llevado a volver a hacer la reunión por videoconferencia, tal como sucedió el año pasado.

La Asamblea aprobó la memoria económica auditada y la memoria de actividades de 2020, con un momento de recuerdo para las personas miembros y amigas de la entidad que han muerto desde la última reunión, muy especialmente Arcadi Oliveres. Aprobó también el plan de trabajo y presupuesto del ejercicio en curso, que tienen en cuenta las dificultades derivadas de la situación sanitaria y siempre de acuerdo con los cuatro ejes de orientaciones estratégicas aprobados por la Asamblea en 2017: desarrollo humano integral, derechos humanos, justicia restaurativa y cultura de la paz.

Se aprovechó para agradecer al director saliente, Eduard Ibáñez, todos sus años de servicio a la entidad con los mejores deseos de fortuna para la nueva etapa profesional que empieza. Eduard, por su parte, reiteró su agradecimiento por haber podido servir a la entidad, primero bajo la presidencia de Arcadi Oliveres, y desde 2014, de Eudald Vendrell, y expresó su deseo de continuar colaborando como un miembro más de la asociación.

Así mismo, el nuevo director, Miquel Torres, nos pudo acompañar y presentarse, poniéndose al servicio de la labor que Justícia i Pau realiza.

La Asamblea acordó también renovar por un nuevo periodo de cuatro años el mandato de la vicepresidenta, Maria Bargalló. De la misma manera, se aprobó encargar a Quim Cervera i Mercè Basté la responsabilidad de la acogida, integración, seguimiento y formación del voluntariado de la asociación, en coordinación con el equipo técnico y las personas responsables de los ejes.

Con la sensación de que las fuerzas, la ilusión y las ganas de continuar con el trabajo siguen vivas y llenas de esperanza, se dio por concluida la asamblea de este año.