Josefa Sánchez
ESTADOS DE OPINIÓN

"Vers la concòrdia a través de la paraula"

"Voluble es la lengua de los mortales, y hay en ella muchas y variadas palabras, y el alcance del habla es amplio por este lado y por aquel" [Eneas a Aquiles en La Ilíada XX, vs. 248-249]

 

No es estéril dedicar unos minutos a la reflexión sobre la existencia, la función o el valor de las palabras. Pues, aun sabiendo la vinculación entre palabra y Humanidad, con cada reflexión nueva podemos enriquecernos.
De todos es conocido que el hombre -entendido como ser humano- es un ser comunicativo, y más, un ser que tiene la capacidad de comunicarse a través del lenguaje; que esta capacidad se materializa en las diversas lenguas del mundo y que la palabra es uno de sus constituyentes. 

Para Ferdinand de Saussure <<la parole est un acte individuel de volonté et d'intelligence>> que traducido es: <<El habla es un acto individual de voluntad y de inteligencia>> [Cours de linguístique generale]. Elegir y descartar palabras al hablar o al escribir son acciones que no por frecuentes y automáticas dejan de ser importantes, a menudo, trascendentes. Meditar lo que decimos o escribimos se nos antoja hoy un ejercicio tan necesario como urgente.

No nos sorprende ya la velocidad de nuestras vidas y nuestros gestos. Pero en el uso de la palabra parece imprescindible que atemos corto las bridas del caballo desbocado de nuestro existir.

Proust habla repetidamente de palabras que forman una costra y obstruyen los canales de nuestra vida interior, mientras que otras, "ligeras, fluidas y respirables", circulan libremente en nuestro sistema. [S. Ullman, Style in the French Novel, Cambrige,1957. pág 202].

Dotar a nuestro quehacer comunicativo del tiempo para la mesura, la ponderación de nuestras expresiones parece imprescindible. Y así, evitaremos incurrir en aquello que la Beatriz de Shakespeare provoca en Benedicto "Habla puñales y cada palabra suya es un golpe" [Acto II, Mucho ruido y pocas nueces].

Hablar incluye guardar silencio mientras se piensa en lo que se va a decir; mientras se escucha atentamente lo que el otro expone. Tiempo de silencio activo, para calibrar, para escoger aquel término, aquella expresión que nos acercará más a nuestro interlocutor, que facilitará el intercambio de ideas, el conocimiento del otro, la revelación de quién se es o qué se siente. Tiempo de silencio activo para elegir el discurso que favorece más la unión. Y cómo no, para elegir ante determinada situación la expresión más contundente.

Tomar conciencia de la lengua que hablamos es necesario si queremos adquirir esa agilidad que nos permite la elección de las palabras adecuadas. Víctor Hugo las describía: "Tal palabra es una sonrisa, tal otra una mirada... las palabras son transeúntes misteriosos del alma" [En el poema<<Réponse à un acte d'accusation. Suite>>].

Y a la vez, conocer el alcance del significado de cada palabra usada, sus repercusiones. Valorar las consecuencias de un determinado discurso. La paz como entorno creativo en el que podamos todos florecer (Nelson Mandela) tiene en el buen uso de la palabra, en la construcción del discurso, un imprescindible instrumento.

En la era del WhatsApp, los SMS, los mensajes de voz y otros canales para la comunicación debemos practicar el autocontrol expresivo; de no hacerlo, es fácil ser malinterpretado o peor comprendido. Se trata de un esfuerzo consciente de selección.

Todos hemos interiorizado desde nuestra infancia el Lexicón de la lengua materna. También hemos asimilado un cierto corpus léxico de las lenguas aprendidas. Ejercitémonos, pues, en elegir aquellas palabras que predisponen a la concordia, a la comprensión de lo que nos rodea, a la aceptación de lo que deviene en nuestras vidas. 

Es gracias a este cuidado con nuestra habla que podemos participar en la construcción de la paz desde el más primordial de los actos de voluntad e inteligencia.


Josefa Sánchez
Professora jubilada de llengua i literatura