Francina Planas
ESTADOS DE OPINIÓN

Esenciales

¿Qué es esencial?, ¿quién es esencial? En estos días la plataforma ESENCIALES está cerrando la campaña para recoger firmas para una ILP que promueve la regularización de las personas extranjeras residentes en el Estado español antes del 1 de noviembre de 2021. En otras ocasiones ya se había hecho. Lo apoyan centenares de organizaciones de todo tipo en todo el Estado español. Entre ellas también Justícia i Pau. Vale la pena. En el Estado más de 500.000 personas aproximadamente viven sin estar regularizadas, lo que las condena a la explotación laboral, la invisibilidad, la desprotección legal, y de hecho la exclusión. Esta situación impide la generación de bienestar económico, convivencia y enriquecimiento mutuo entre culturas.

Llama poderosamente la atención el nombre de la plataforma: ESENCIALES. Surge de la convicción de la población al inicio del confinamiento por la pandemia, según la cual ocupaciones que nos habían pasado desapercibidas se volvieron esenciales: recogida de fruta, trabajos en el hogar, cuidado de las personas…, importancia que va acompañada de una tremenda fragilidad laboral de estos sectores y en consecuencia vidas altamente vulnerabilizadas.

¿Y qué es socialmente esencial?

En un contexto donde se impone la lógica tecno-financiera, como apunta Jordi Pigem, con los elevados riesgos de deshumanización, pensamiento acrítico y autoritarismo, recupera valor lo que nos recuerdan a ESENCIALES: el cuidado. No hemos nacido solo para producir o consumir, sino para desarrollarnos como seres humanos en todas las dimensiones. Se trata del cuidado de las personas, cuidado de la comunidad, cuidado del planeta que lo hace posible.

Este año en Barcelona se realizó el primer Fórum Social del Cuidado, del que salió una red ciudadana que quiere poner las bases para un Sistema Nacional de Cuidados. Ser cuidado es ahora mismo un derecho que no está ni reconocido, ni garantizado. No solo de la gente mayor, también de menores y jóvenes y de todo el mundo. Y ser profesional del sector es vivir infraremunerado y con pocos derechos laborales. Es interesante el decálogo que definieron: el cuidado es un derecho humano, el cuidado es un bien público, el cuidado empieza por la persona misma, el cuidado se centra en las personas, es necesario redistribuir la responsabilidad del cuidado, cuidamos en comunidad, es necesario abrir espacios de participación y cocreación ciudadana, dignificar los trabajos de las personas cuidadoras, construir ciudades y pueblos que cuiden (infraestructuras de cuidado), caminar hacia una sociedad cuidadora.

Caminar hacia una sociedad cuidadora implica más que una mera actividad, quiere decir una actitud de relación, ejercer solidaridad en la cotidianidad, reconocer nuestra interdependencia. También quiere decir poner el foco en la comunidad que sostiene a las personas, promover el valor de tratar juntos lo que tenemos en común: familia, barrio, pueblo, país, planeta, para que no se desperdicie y pueda florecer. Reconocer que sin comunidad no podríamos vivir, y, por tanto, debemos alimentarla.

¿Quién es esencial también considerando todo esto? A cualquiera de nosotros/as nos viene a la mente – y al corazón- el rostro de muchísimas personas del propio entorno. Más allá del entorno de proximidad, vale la pena reconocer los miles y miles de iniciativas ciudadanas de todo tipo que trabajan para que el mundo sea un poco mejor, con avances y retrocesos, pero perseverantes, cuidando y cuidándose. Ahora mismo pienso en dos muy importantes y seguro que esenciales en estos momentos: las redes y organizaciones que ponen el foco en evitar el colapso planetario, y la proliferación cada día más grande de iniciativas por la paz, reclamando el final de las guerras: “si los gobiernos no lo paran, nosotros pararemos a los gobiernos”. ¡De nuevo una llamada a la iniciativa ciudadana, que también es esencial!

Con gran desconcierto leo en el periódico ARA en la sección “seducciones ocasionales” de este domingo pasado: ESENCIALES: unos zapatos de talón ancho y altura mediana de ante amarillo (…) las grandes aliadas de este invierno. ¿El consumo es esencial?


Francina Planas