Neus Forcano
ESTADOS DE OPINIÓN

Fotografías y canciones como denuncia social en la era de la inteligencia artificial

Conversación con Kim Manresa sobre el periodismo solidario

Nos hemos encontrado con Kim Manresa en pleno mes de agosto en la plaza Pestaña, en el barrio de la Prosperitat de Barcelona. Un barrio que ha visto cómo se iba transformando, desde las barracas y la rasa de la ronda de Dalt hasta la urbanización del cibernarium y el parque central, y que Kim ha fotografiado para dejar testimonio de la memoria histórica de la autoconstrucción y las luchas vecinales de las periferias de los años 70. En el archivo histórico de Roquetes- Nou Barris encontramos algunas de estas primeras fotografías de su juventud.

Desde el proyecto del Memorial Joan Gomis de periodismo solidario -que se celebra de manera ininterrumpida desde 2006- le hemos propuesto que forme parte del jurado para la edición de este año. Kim conoce bien la misión y los valores de este Premio y no duda en decirnos que sí. Él, como Joan Gomis y Arcadi Oliveres, también quiere despertar la ternura y la solidaridad humanas hacia realidades de exclusión, olvidadas o empobrecidas, a causa de un capitalismo explotador y sin límites. De hecho, Kim Manresa recibió el premio Gomis 2011 a la trayectoria periodística. Su fotoperiodismo nos hace testimonios de realidades cotidianas llenas de crudeza, de pobreza, de injusticia social y política, pero que, al mismo tiempo, nos muestran la dignidad de sus protagonistas, la lucha por la supervivencia e, incluso, nos muestran la belleza de los oficios, las artes, las miradas o los gestos más humanos con que las personas afrontamos la vida allá donde estamos.

Me enseña su último libro publicado juntamente con Joan Manuel Serrat para conmemorar sus 50 años de profesión: uno, como fotoperiodista, el otro como compositor y cantante. La canción de “Pare” de Serrat está editada en diferentes dialectos, hablas y lenguas presentes en el Estado español, y va acompañada de las fotografías de Kim extraídas de la exposición 50 años de fotoperiodismo de Kim Manresa. Con este libro urgen a afrontar la crisis climática, contribuyen a hacernos conscientes de los que viven en medio de vertederos y basura, y de los campesinos que trabajan para preservar los cultivos, el agua, los bosques y los rebaños. Las fotografías en blanco y negro ilustran la denuncia y el grito existencial para preservar la tierra y la vida humana que la canción de Serrat expresa de una manera tan bella. Serrat pensaba que sería una canción que pasaría de moda y, en cambio, continúa siendo hoy una manifestación de rabia y esperanza para detener la degradación medioambiental. Como se pregunta en la introducción Paco Flores -periodista y comisario de la exposición en Almería- “¿qué valor tienen las canciones y las fotografías como denuncia social en la era de la inteligencia artificial?”

Le devuelvo la misma pregunta a Kim. ¿Qué es para ti el periodismo solidario? Me comenta que, entre los mismos periodistas, los estudiantes, echa a faltar figuras de referencia. Me dice que, en general, nos fijamos en modelos mediáticos que no resaltan ningún valor en especial; que la inconsistencia de las redes banaliza temas, desenfoca aquello que es importante. Me explica que él hizo de aprendiz de la profesión desde muy joven al lado de Colita; ya trabajó desde los 14 o 15 años y tuvo que montarse su propio laboratorio de revelado porque le dijeron que sus fotografías eran comprometedoras en pleno franquismo y con la ebullición de reivindicaciones vecinales que había en aquel momento en Nou Barris. Kim se pregunta si en las facultades de comunicación, de periodismo, de audiovisuales, se enseña a narrar y se lee lo suficiente; si se conocen las crónicas literarias de Kapucinsky; si saben lo que es el periodismo social y de proximidad que Huertas Clavería modeló con libertad y afabilidad…

Kim Manresa continúa siendo un periodista gráfico. Él trabaja con la imagen, una imagen narrativa, una imagen que nos habla de las causas de la violencia estructural que vemos en Colombia, por ejemplo, donde ha estado este mismo verano. Los empobrecidos se ven abocados a engrosar las milicias paramilitares y a atrincherarse en las montañas a pesar de que hace 7 años de los acuerdos de paz con las FARC. Las razones son ahora más económicas que no ideológicas. De igual manera que en Níger, el golpe de estado pretende un control sobre el uranio del país y un lazo estrecho con Rusia antes que con Francia; o que la guerra y la crisis de Ucrania aumentará porque se ha permitido la concentración del monocultivo de cereal de tal manera que muchos otros países nos hacemos dependientes de aquel territorio hasta el punto que parece lógico y racional el hecho de extender bases militares de la OTAN por toda la frontera este de Ucrania y asegurárnosla como granero. La guerra no tiene lógica, pero los poderes fácticos y las multinacionales que dominan la producción y los excedentes de alimentos, el negocio de las armas, la explotación de minerales, de materias primas y de mano de obra sin ningún miramiento de los derechos humanos, se esfuerzan en justificar los muros, la militarización, los campos minados, la guerra…, ¿por qué no alzamos con fuerza la voz para exigir que esta guerra se detenga?

Pocos días después de esta conversación con Kim Manresa, leo que han asesinado a Fernando Villavicencio, el periodista y candidato a las elecciones en Ecuador. Durante diez años estuvo perseguido y tuvo que refugiarse en las montañas y en Perú por haber destapado la corrupción del gobierno de Correa, que vendió literalmente el país a las energéticas y a las empresas de explotación minera de la China. Villavicencio quería acabar con la connivencia entre el gobierno y el narcotráfico, quería que los pueblos ecuatorianos pudiesen tener voz y voto en el gobierno de su propio territorio. Estoy segura de que el periodismo solidario y el fotoperiodismo comprometido continúan haciendo falta para que seamos una ciudadanía consciente, capaces de medidas que pongan límites a la explotación y a la impunidad ante el olvido de los derechos humanos básicos.
 

Neus Forcano
Directora de Justícia i Pau Barcelona