Quim Cervera
ESTADOS DE OPINIÓN

Dificultades de los movimientos sociales

Desde hace años observamos el peso y la importancia social de los movimientos sociales. Incluso reciben más aceptación y credibilidad que los partidos políticos. Y posiblemente estén más libres de los condicionantes de los aparatos de los partidos, y de las presiones de los intereses económicos y de poder, aunque, como humanos que son, no están completamente liberados de ello. Nos fijamos en los movimientos ecologistas, feministas, pacifistas, de emancipación nacional, el movimiento obrero, los que trabajan por otra globalización, las llamadas "mareas", los movimientos de jóvenes, de jubilados, los vecinales, de demandas locales, etc.

Sus acciones, manifestaciones, encuentros, talleres, charlas, seminarios, mesas redondas, manifiestos, huelgas... son abundantes y todos los días las encontramos en los medios de comunicación. Sin embargo, podemos preguntarnos: ¿tienen efecto tantos esfuerzos, tantas confluencias de energías humanas, personales y colectivas? Da la impresión de que hay un abismo bastante grande entre las dedicaciones, muchas de ellas voluntarias, y los resultados. ¿No será que las grandes potencias mundiales tienen la fuerza suficiente para detener los empujes de los movimientos sociales? ¿No será que los Estados, vinculados a intereses económicos, apoyados por los grandes medios de comunicación y al servicio de grandes empresas financieras y multinacionales, utilizan sus jueces, policías y ejércitos para aniquilar, o por lo menos marginar a los movimientos sociales que cuestionan el sistema capitalista en proceso de colapso? La democracia y tales movimientos sociales cuestionan el sistema capitalista y transparentan sus grietas. Resaltan sus bases destructivas o notifican -en aspectos y áreas deferentes- cómo el sistema se basa en la reproducción de la depredación de la naturaleza y de la desigualdad y la pobreza.

Por poner un ejemplo: el movimiento por la autodeterminación del pueblo catalán, (o del pueblo escocés o del corso, o de otros) tiene muchas dificultades para obtener resultados vinculantes, y transita entre muchos dolores personales y sociales, a pesar de haber convocado a cientos de miles de personas, varias veces a lo largo de diez años. Está siendo un esfuerzo colectivo considerable. Si es así, cuánto costará más (y ha estado costando durante siglos) la destrucción del capitalismo como sistema que mata la vida y la naturaleza. ¿Cuántos poderes del "misterio de la iniquidad" se pondrán en juego para impedirlo? ¿Cuántas más dificultades tendrá (cuando lleguen momentos oportunos) el movimiento de emancipación social para establecer un modelo cultural que reconozca y promueva la sabiduría acumulada de la humanidad en las diversas tradiciones religiosas y espirituales como "almas-motor" de cambio en favor de los más vulnerables; un modelo político de democracia global participativa y un modelo socioeconómico que ofrezca a cada uno/a según sus necesidades? (Hechos de los Apóstoles 2, 44-45: "Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo al servicio de todos; vendían las propiedades y bienes para repartir el dinero de la venta según las necesidades de cada uno”). Y hay que tener en cuenta que cada persona tiene sus propias necesidades (somos diferentes) y es conveniente satisfacer todas las necesidades desde las más materiales hasta las más psíquicas, emocionales y espirituales, desde las más individuales hasta las más asociativas. Esto significa liberarnos de la mentalidad de la evaluación de la persona por lo que posee, o por los méritos adquiridos, o por la instrucción acumulada, y en cambio partir de lo que realmente es y necesita. ¡¡Pan, trabajo decente, vivienda digna, descanso, educación, ocio saludable, cultura y espiritualidad para todos!

 

Quim Cervera
Miembro de la junta de Justícia i Pau Barcelona